Hace aproximadamente dos semanas acudí a uno de esos eventos que se encuentran en peligro de extinción dentro de nuestra ciudad, los antes aclamados e infalibles “toquines”, ¿pero por qué infalibles? Bueno, hace algún tiempo hubo una temporada en la cual esta clase de eventos eran el punto de reunión no para decenas, me atrevo a decir que para cientos de nosotros. Algunos iban por ser amigos de las bandas, otros para buscar un after, otros para agarrar estos lugares como fiesta y otros por el simple hecho de que las bandas eran buenas. Al fin y al cabo pasabas un buen rato en compañía de buena gente que compartía tus mismos intereses.
Cual fue mi sorpresa que dentro de este mismo se veía un ambiente más apagado y podría decir hasta deprimente a lo que estos eventos solían ser y lo que implicaban para mucha gente, pasaron de tener una importancia bastante considerable dentro de nuestro entorno a ser un último recurso en un fin de semana que no promete mucho.
El evento no estaba del todo vacío; pero aun así no podía evitar preguntarme que es lo que había pasado. Después de un rato en el evento y de mucho indagar, notaba que la gente que ya tenía tiempo acudiendo a estos lugares y eventos se quejaba indiferentemente de lo mismo:
“Es que siempre es igual.”
Para ser sincero su servidor se encontraba pensando lo mismo gran parte de la noche, pero debido al miedo de acabar linchado, no dijo nada.
Todo parece indicar que a estos eventos les falta tener algo que en antaño tenían con abundancia: frescura. En años anteriores era maravilloso ver bandas tan buenas tocando géneros tan nuevos y era un agasajo ver que todas ellas eran buenas en lo que hacían, no me malinterpreten, las bandas que sobrevivieron de aquellas épocas (las cuales son contadas) son muy muy buenas y más aquellas que han progresado en su género y aparte han improvisado y aparte han hecho todo en sus manos porque su trabajo llegue a los oídos de los demás.
Ahora, ¿cuál sería a grandes rasgos el problema base de todos estos eventos que, como anteriormente comentaba, se encuentran en peligro de extinción?, la única palabra que parece salir a flote cuando uno se hace esta pregunta es la siguiente: “estancamiento”. Se estancó la manera de hacer toquines, se estancó la gente que acudía a ellos (al grado que prefirieron dejar de ir), se estancó la música, pero sobre todo, se estancó el género.
Como espectador es tedioso a más no poder acudir a buscar bandas nuevas a que me propongan una tendencia musical sin precedentes y escuchar a seis bandas que tocan exactamente lo mismo que la banda que va a cerrar y, que aparte, muchas de ellas ni siquiera lo hacen, pues bien, no me malinterpreten, se aprecian las ganas y el valor de subirse a tocar a un escenario frente a un público, pero no me puedo quitar de la cabeza que la pose abunda hoy en día.
Si Chihuahua sufre de algo es de fuga de talentos, la mayoría de las bandas que se preocupan en evolucionar y cumplir su sueño se mudan a ciudades más grandes y en verdad digo “enhorabuena” a todos ustedes y las bandas buenas que siguen aquí no se que esperan, lo único que queda por decir es: en nombre de toda la generación con la que crecí, gracias a todas esas excelentes bandas que me hacían la fiesta o que me hacían el domingo en la tarde, muchos de ustedes grandes amigos y en verdad espero se hagan participes en que la situación mejore, porque si es un poco triste ver nuestro entorno cada vez mas raquítico.
¿Tienen algo qué decir o aportar? Los invitamos a hacerlo en los comentarios.
*Se desprenden las pedradas y el afán de ofender a quien sea del texto anterior.