Nanna Øland Fabricius, mejor conocida como Oh Land, hija de un organista y una cantante de ópera. Era estudiante de ballet en la Royal Danish pero debido a una fractura vertebral dejó su carrera como bailarina para así dedicarse a la música.
Es precisamente el baile lo que hace tan especiales sus presentaciones, se nota cuando alguien lleva el ritmo en las venas. Su música llena de color y sus letras soñadoras demuestran el excelente trabajo que ha hecho como compositora.
Es un gran ejemplo de que cuando se le echan ganas a algo se pueden lograr cosas increíbles.